¿Manipulación del lenguaje? Los trileros en este terreno son los políticos. Me refiero a los nuestros, a los españoles y a los sátrapas satélites. Esta es su principal arma de engañar o "presentar la otra cara de la realidad" (como dirían ellos).
Una norma básica para no tragarnos sus trolas consiste en lo siguiente: desconfiemos de todo concepto que no pueda ser nombrado con un solo y único morfema. Me explico. Si alguien escribe “cese temporal de la convivencia” es que quiere camuflar un divorcio. Si “interrupción voluntaria del embarazo”, se trata de ocultar un aborto. En el caso de que le cuenten que van a legalizar el “suicidio ayudado” o “la muerte digna” le están colando de matute la eutanasia. Si le presenta a alguien como “un hombre de paz”, piensen de inmediato que están ante un terrorista. En el supuesto de que le hablen de su “derecho a decidir”, sepa que están pidiéndole su acatamiento para llevarse el agua su molino. Si le ofrecen la “píldora del día siguiente”, ya sabe que le están proponiendo un abortivo. Y así podríamos reseñar miles de acuñaciones alevosas para la manipulación más torticera e interesada de nuestros políticos trapaceros.
El castellano es una lengua lo suficientemente vieja y precisa, que dispone de un rico vocabulario para definir todas las virtudes y los vicios propios del ser humano y los útiles, acciones, ideas y sentimientos que maneja o genera. Le pueden faltar términos aplicables a los nuevos inventos nacidos de la evolución vertiginosa de la ciencia o la tecnología, pero en los demás terrenos está muy bien dotado. No necesita acudir a perífrasis ni circunloquios pedantes para designar las realidades de la vida diaria o del cotidiano vivir. Quien quiere expresarse con verdad y claridad en la lengua de Cervantes no necesita ir en contra de ley más esencial de los idiomas: la economía del lenguaje. Es decir, si lo puedes decir con una sola palabra, no utilices dos.
Una norma básica para no tragarnos sus trolas consiste en lo siguiente: desconfiemos de todo concepto que no pueda ser nombrado con un solo y único morfema. Me explico. Si alguien escribe “cese temporal de la convivencia” es que quiere camuflar un divorcio. Si “interrupción voluntaria del embarazo”, se trata de ocultar un aborto. En el caso de que le cuenten que van a legalizar el “suicidio ayudado” o “la muerte digna” le están colando de matute la eutanasia. Si le presenta a alguien como “un hombre de paz”, piensen de inmediato que están ante un terrorista. En el supuesto de que le hablen de su “derecho a decidir”, sepa que están pidiéndole su acatamiento para llevarse el agua su molino. Si le ofrecen la “píldora del día siguiente”, ya sabe que le están proponiendo un abortivo. Y así podríamos reseñar miles de acuñaciones alevosas para la manipulación más torticera e interesada de nuestros políticos trapaceros.
El castellano es una lengua lo suficientemente vieja y precisa, que dispone de un rico vocabulario para definir todas las virtudes y los vicios propios del ser humano y los útiles, acciones, ideas y sentimientos que maneja o genera. Le pueden faltar términos aplicables a los nuevos inventos nacidos de la evolución vertiginosa de la ciencia o la tecnología, pero en los demás terrenos está muy bien dotado. No necesita acudir a perífrasis ni circunloquios pedantes para designar las realidades de la vida diaria o del cotidiano vivir. Quien quiere expresarse con verdad y claridad en la lengua de Cervantes no necesita ir en contra de ley más esencial de los idiomas: la economía del lenguaje. Es decir, si lo puedes decir con una sola palabra, no utilices dos.
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